Tipos de depositos bancarios

Los depósitos son el dinero depositado en un banco para que este proceda a su custodia. El objetivo es mantener ese dinero a salvo y aumentar al máximo sus intereses.

Si nos referimos a los beneficios de realizarlo, su ventaja, además de la liquidez, es la seguridad, es decir, la estabilidad de la inversión.

La principal diferencia con una cuenta corriente es que en esta el titular puede ingresar y retirar su dinero según le interese, mientras que en los depósitos el titular debe mantener el dinero durante un tiempo estipulado y no se permite ningún tipo de domiciliación de recibo ni talonario. De esta forma el dinero ahorrado no se toca, y no tenemos problemas de dinero al descubierto. Este tipo de depósitos esta pensado para clientes que quieran invertir a medio-largo plazo, ya que si necesitamos retirar el dinero antes de lo previsto, podemos sufrir algún tipo de penalización económica.

Tipos de depósitos

Los tipos básicos de depósitos que podemos escoger son:

  • A la vista: La entidad financiera tiene la obligación de devolver los fondos, parcial o totalmente, depositados por el cliente cuando este lo considere oportuno. Estos fondos también son denominados como «irregulares», ya que el banco tiene la obligación de devolver el equivalente monetario que se ha depositado.
  • A plazo: Estos son los más frecuentes. El cliente debe esperar un determinado periodo de tiempo para recuperar los fondos confiados a la entidad financiera. Estos se dividen en:
  • A plazo fijo: Máxima rentabilidad sin asumir riesgos. Este tipo de depósitos suelen durar 1, 3, 6 y 12 meses. Renovación automática a vencimiento.
  • A corto plazo: Suelen ofrecerse al plazo de un mes y muchas veces como parte de un programa de bienvenida a nuevos clientes. La rentabilidad es mayor (entre el 5 y el 11%, dependiendo de la entidad). Si retiramos el dinero antes del tiempo estipulado, la sanción es mayor. No se puede renovar un depósito a corto plazo en un mismo banco.

Depósitos a plazo

Son una forma de ahorro expedita que se hace en un banco. Es totalmente segura, además, ya que entregan una rentabilidad conocida y asegurada por la institución donde se realiza la inversión.

Esta seguridad muchas veces puede tener asociada una rentabilidad más baja en relación con otras alternativas de mayor riesgo.

En Chile, se pueden realizar depósitos a plazo recurriendo a tres monedas: pesos, UF o moneda extranjera.
a) En pesos: al final del periodo, el banco devuelve al inversionista el capital puesto más una tasa de interés que viene a constituir la ganancia.

A este tipo de depósitos también se le llama “pesos nominales” o “pesos fijos”. Esto quiere decir que cuando alguien hace un depósito en pesos, el efecto inflación está implícito en la tasa ofrecida. Por lo tanto, lo que se hace es una apuesta a que la tasa ofrecida por el banco será superior que la inflación del periodo.

b) En UF: Se deposita en pesos que son transformados en al valor de la UF del día del depósito.

Como la UF se reajusta de acuerdo a las variaciones del IPC, este depósito recaudará la totalidad de ella. Además, se paga un interés sobre el capital reajustado.

Este tipo de depósitos es recomendable cuando hay expectativas de que la inflación va a subir o se comportará de forma incierta.

Otro factor que hay que considerar es que en el largo plazo este tipo de depósitos suele ser más rentable que hacerlo en pesos nominales. Sin embargo, tiene el inconveniente que no se puede disponer del capital en tres meses, salvo que se esté dispuesto a renunciar a los reajustes y eventuales intereses.

c) En moneda extranjera: Estos depósitos se realizan mayoritariamente en dólares, pero también los hay en euros.

En el caso de optar por los dólares, los bancos ofrecen dos alternativas: que el depósito se haga en dólares norteamericanos o que la inversión se efectúe en pesos, pero sujeta a la rentabilidad del tipo de cambio (en este caso, la variación del tipo de cambio observado durante el periodo).

La posibilidad del depósito en pesos está reservada para grandes sumas. Por esto, las empresas son los usuarios de esta modalidad.

En el caso de los depósitos en dólares, el monto mínimo de inversión varía entre US$2.000 y US$ 5.000. Son recomendables cuando hay expectativas de alza en el tipo de cambio o bien cuando hay un diferencial de la tasa interna respecto de las tasas internacionales. También son aconsejables cuando se deba pagar una deuda con vencimiento futuro en dólares y, teniendo el dinero, no se quiere correr riesgos.

 

 

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